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Cuaderno del Maestro

Cuaderno del Maestro Román Aparicio

Román Francisco Aparicio Pérez, tomó posesión como maestro titular de la Escuela de niños nº 2 de Arganda del Rey, en mayo de 1919, con 27 años. Estaba decidido a desarrollar con sus alumnos los renovadores principios pedagógicos de la conocida como "Escuela Activa", para ello solicita y obtiene una pensión de la Junta de Ampliación de Estudios para viajar al extranjero, con el fin de conocer de primera mano las innovaciones que se estaban desarrollando en la práctica educativa en Europa. Durante su estancia de dos meses en Francia y en Bélgica, establece contacto con varias escuelas más avanzadas, en especial con la Escuela nº 10 de Bruselas, un centro de referencia en la época con la que mantendrá una estrecha relación durante años. La experiencia en el extranjero permite que el maestro deje atrás las formas clásicas de la organización escolar, que no permitían al niño desenvolverse con libertad y espontaneidad, sujetos a una rígida disciplina que sometía al niño a una actitud pasiva. 

Entre las prácticas innovadoras destacan los juegos educativos, los trabajos en grupo en forma de talleres, y los que denomina los "cuentos vivos", actividades que se desarrollan con el objetivo de "sugerir ideas en el tiempo y en el espacio y el desarrollo de la imaginación". Los resultados no se hacen esperar y después de un primer curso de ensayos "los niños sin excepción leyeron, escribieron y tenían noción del tiempo".

Román Aparicio impulsa lo que ahora conocemos como actividades extraescolares, lo que llama "la escuela fuera de la escuela" que necesita vivir en contacto con la realidad de la vida, con el entorno que le rodea". La actividad más destacada y que aparece con profusión en los cuadernos, son los paseos y excursiones escolares por la Dehesa del Carrascal y el Cerro de Siete Vientos. Además, promueve otras manifestaciones culturales como la fundación de una Sociedad Local de Deportes, crea una Biblioteca, organiza conferencias y exposiciones escolares, funciones de teatro, creo un pequeño museo de productos locales que sirven de instrumento de trabajo para las lecciones y una estación pluviométrica que instala en el patio de la escuela. Con estas actividades trataba de fomentar un tipo de escuela que denominaba de trabajo libre y personal, y que entendía que debía ser la referencia de la vida social del pueblo.

Estas innovaciones no siempre fueron comprendidas en el ámbito de las autoridades y poderes locales, que estaban lejos de su concepto de lo que deber ser una escuela. En cambio, por parte de inspectores, autoridades educativas y compañeros de profesión, todo eran ánimos y felicitaciones. El reconocimiento a su labor y a la de sus alumnos llegó con el premio  de la revista decana de la prensa pedagógica "El Magisterio Español" en el primer concurso nacional de trabajos escolares. Una selección de esos diarios premiados sirvieron de material para la elaboración de la publicación Cuaderno del Maestro.

En los cuadernos se descubre como los niños aprendían aritmética calculando la capacidad en arrobas de las tinajas, el tiempo que tardaba en llenarse el pilón de la fuente, la taquilla que se ha hecho en una sesión de cine en el Teatro de la Cruz o el número de personas que ha dormido una noche en Arganda teniendo en cuenta si es época de vendimia o si ha pernoctado un regimiento de soldados. En los cuadernos hay lecciones relacionadas con el funcionamiento del cinematógrafo, las cosas que veían en la calle, los experimentos de física utilizando siempre objetos cotidiano o las redacción de sus excursiones por la Dehesa. También hay ejercicios de orientación en el publico, señalando la ruta que debía seguir cada niño desde su casa, croquis de su ubicación en el mapa del casco urbano o minuciosos levantamientos planimétricos para los alumnos mayores.

Para los niños es evidente que la escuela significaba mucho más que el lugar donde transcurría gran parte de su jornada, y su maestro según el informe de uno de los inspectores que visita la escuela es:

"... un excelentísimo maestro. Profesor de extensa cultura y espíritu moderno y admirablemente orientado, sabe que los niños no son almacenes de libros de texto, sino actividades en constante dinamismo que hay que encauzar y dirigir. La escuela es un verdadero laboratorio en el más nobles y más pedagógico sentido de la palabra. Los niños actúan, discurren, reflexionan. Su reacción frente a las cosas noes un absurda definición de manual barato, sino una comprensión espontánea, personal y sencilla... Es la escuela de esta maestro joven, culto y simpático, la escuela ideal, alegre, comprensiva, sugeridora, despierta, vibrante, progresiva..."

Al concluir la Guerra Civil, al igual que un elevado número de maestros y profesionales de la enseñanza significados políticamente con la República, es detenido y encarcelado. Al poco tiempo, el 23 de noviembre de 1939, se pone fin a su vida sin que de nada sirviera que semanas más tarde apareciera su nombre entre los detenidos a los que se conmutaba la máxima pena.

Los Cuadernos de Mariano Ruiz Hernández, alumno del maestro Román Aparicio (1930-1936):

 En 2020 el Archivo de la Ciudad digitalizó los cuadernos de Mariano Ruiz Hernández, alumno de don Román Aparicio desde abril de 1930 hasta febrero de 1936, gracias a la colaboración de la familia con el Ayuntamiento de Arganda.

 

Documentos

Cuaderno del Maestro, Ayuntamiento de Arganda del Rey, 2005.

 

El maestro Román Aparicio con sus alumnos en la escuela. Fotografías de la Familia Ruiz Madrid.

 

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